

Corría el año 2008, en Playas de Tijuana. Éramos nomás una plancha, un puño de tortillas y un chorro de ganas. Pero más que vender tacos, queríamos hacer algo bien hecho. De esos tacos que te hacen cerrar los ojos con la primera mordida y decir: "¡Ay, cabrón!"

Las salsas las hicimos desde cero, como en casa.Las proteínas las fuimos puliendo como se pule un cuchillo bueno. La carne asada tenía que tener el carbón justo, sin estar seca. El adobado se diseñó con días de prueba, hasta que quedó rojito, jugoso y crujiente en las orillas. El suadero lo hacemos con paciencia, porque el que se apura, se pasa.

Con el tiempo, se corrió la voz. Que si los tacos de Playas, que si “vete a Tijuanazo”, que si “no has ido, ¿neta?”. Ahora somos 7 sucursales en todo Tijuana. En 2024, cruzamos la frontera. Y no fue por moda, fue porque la raza del otro lado lo pedía. Llevamos el sazón a San Diego y East LA, sin perder ni tantito el sabor de nuestra tierra. Hoy somos muchos, pero seguimos cocinando como al principio: con manos callejeras, pero corazón fino. Porque en Tijuanazo no hay atajos. Aquí cada taco cuenta una historia… y empieza con un: "¿Con todo, mijo?"





Corría el año 2008, en Playas de Tijuana. Éramos nomás una plancha, un puño de tortillas y un chorro de ganas. Pero más que vender tacos, queríamos hacer algo bien hecho. De esos tacos que te hacen cerrar los ojos con la primera mordida y decir: "¡Ay, cabrón!"

Las salsas las hicimos desde cero, como en casa.Las proteínas las fuimos puliendo como se pule un cuchillo bueno. La carne asada tenía que tener el carbón justo, sin estar seca. El adobado se diseñó con días de prueba, hasta que quedó rojito, jugoso y crujiente en las orillas. El suadero lo hacemos con paciencia, porque el que se apura, se pasa.

Con el tiempo, se corrió la voz. Que si los tacos de Playas, que si “vete a Tijuanazo”, que si “no has ido, ¿neta?”. Ahora somos 7 sucursales en todo Tijuana. En 2024, cruzamos la frontera. Y no fue por moda, fue porque la raza del otro lado lo pedía. Llevamos el sazón a San Diego y East LA, sin perder ni tantito el sabor de nuestra tierra. Hoy somos muchos, pero seguimos cocinando como al principio: con manos callejeras, pero corazón fino. Porque en Tijuanazo no hay atajos. Aquí cada taco cuenta una historia… y empieza con un: "¿Con todo, mijo?"



Corría el año 2008, en Playas de Tijuana. Éramos nomás una plancha, un puño de tortillas y un chorro de ganas. Pero más que vender tacos, queríamos hacer algo bien hecho. De esos tacos que te hacen cerrar los ojos con la primera mordida y decir: "¡Ay, cabrón!"


Las salsas las hicimos desde cero, como en casa.Las proteínas las fuimos puliendo como se pule un cuchillo bueno. La carne asada tenía que tener el carbón justo, sin estar seca. El adobado se diseñó con días de prueba, hasta que quedó rojito, jugoso y crujiente en las orillas. El suadero lo hacemos con paciencia, porque el que se apura, se pasa.
Con el tiempo, se corrió la voz. Que si los tacos de Playas, que si “vete a Tijuanazo”, que si “no has ido, ¿neta?”. Ahora somos 7 sucursales en todo Tijuana. En 2024, cruzamos la frontera. Y no fue por moda, fue porque la raza del otro lado lo pedía. Llevamos el sazón a San Diego y East LA, sin perder ni tantito el sabor de nuestra tierra. Hoy somos muchos, pero seguimos cocinando como al principio: con manos callejeras, pero corazón fino. Porque en Tijuanazo no hay atajos. Aquí cada taco cuenta una historia… y empieza con un: "¿Con todo, mijo?"




Corría el año 2008, en Playas de Tijuana. Éramos nomás una plancha, un puño de tortillas y un chorro de ganas. Pero más que vender tacos, queríamos hacer algo bien hecho. De esos tacos que te hacen cerrar los ojos con la primera mordida y decir: "¡Ay, cabrón!"


Las salsas las hicimos desde cero, como en casa.Las proteínas las fuimos puliendo como se pule un cuchillo bueno. La carne asada tenía que tener el carbón justo, sin estar seca. El adobado se diseñó con días de prueba, hasta que quedó rojito, jugoso y crujiente en las orillas. El suadero lo hacemos con paciencia, porque el que se apura, se pasa.
Con el tiempo, se corrió la voz. Que si los tacos de Playas, que si “vete a Tijuanazo”, que si “no has ido, ¿neta?”. Ahora somos 7 sucursales en todo Tijuana. En 2024, cruzamos la frontera. Y no fue por moda, fue porque la raza del otro lado lo pedía. Llevamos el sazón a San Diego y East LA, sin perder ni tantito el sabor de nuestra tierra. Hoy somos muchos, pero seguimos cocinando como al principio: con manos callejeras, pero corazón fino. Porque en Tijuanazo no hay atajos. Aquí cada taco cuenta una historia… y empieza con un: "¿Con todo, mijo?"

